Que se pare el mundo.
Unas risas sobre el césped, bajo la luz del sol. Una brisa de verano acompañada con un libro.
Noches a oscuras escuchando música. Cuadros de Nueva York, observados bajo el deseo de grandes ciudades. Paseos en la playa al amanecer, observando el agua bajo la luz anaranjada.
Brazadas bajo el agua entre peces, sintiendo que estás en otro mundo. Momentos congelados mediante fotografías. Ver la sonrisa de alguien, gracias a que le has ayudado.
Una persona diferente, rara. A la que le satisface más una sonrisa que un grito de enfado. Observar
su mundo antes que el mundo real.
Una meta que alcanzar, que late en mi interior. Y ahí está.
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