Desaparecer.
Mucha gente, que puede mirarlo que muchas maneras diferentes. Así se entrelazan las ideas y sales muchas combinaciones posibles. Pero es cierto, que nunca como la que te ve tu interior.
Y solo mirando hacia adentro podrás poner orden en ciertas cosas. En otras, como por qué en unos momentos la más grande alegría, y al siguiente la peor de las tristezas. Por qué un minuto de máxima vitalidad y el siguiente de puro cansancio. Ni siquiera mirando hacia adentro podrás resolverlas.
Pero entrelaza tus propias ideas, para saber por qué esto sí, y por qué esto no. Pros y contras. Has nacido así, y no tienes por qué cambiar. Mira hacia adentro, y encuentra la razón de por qué.
Por nada ni por nadie. Quien te acepte de verdad es quien te quiere. Quien te da indicios de que no aceptaría tu forma de ser si fuese la que imaginas, no vale la pena. Si se cansan de ti, no es por que les hayas dado motivos. Dando motivos de que quieres que las cosas cambien y no lo hacen, es porque no te aceptan.
Si se hace demasiado tarde, no ha sido porque no has puesto de tu parte. Lo has echo, y cerca del máximo.
Sé tu mismo. Ahora ya, sabiendo que por el miedo no podrás, solo puedes saber una cosa. Que el tiempo juega un papel importante. Si no quieres ahora, espera más tarde o más temprano. Seguramente, las dudas que tengas se resolverán con el tiempo.
Aunque, está claro, que las que te hacen pensar en por qué por culpa de la gente de tu alrededor no puedes sentirte libre de ser tu mismo, nunca se van a resolver.
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